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jueves, 17 de abril de 2008

Mi inventario de amor

A pesar de que no quiero despedirme,
porque estoy recién llegado, voy a hacerlo;
sin balances, sólo te dejo un inventario de amor.

Te dejo una canción de Sabina, la que tanto te gusta, la que jamás escuchaste;
un espejo roto, cansado de esperar la imagen que no vemos;
mis ansiedades de momentos de espera eterna destrozadas en segundos de encuentros;
mi disfraz de héroe-villano que no llegó a tiempo para rescatarte;
te dejo mis pasiones ocultas, oxidadas en la espera;
un secreto contado mas de mil veces, y cansado de ser secreto;
una lagrima solitaria que se escapó entre carcajadas una tarde oscura y alegre;
un sueño desterrado hasta el hartazgo del jardín de las frustraciones;
una carta que se borrará con el tiempo; una excusa sin sentido y sin razón;
un tren cansado de ir y venir de ningún lado y a ningún lugar;
un deseo, el que no quisiste desear; el compromiso de no comprometerse;
los pasos que suenan en una escalera anunciando que no llegarás;
un teléfono sonando mudo; una flor con olor a alquitrán;
un ir y venir a cualquier lugar que sirva de guarida;
una Rumania de pasiones donde dibujamos el placer, sin encontrar el limite con el amor;
te dejo madrugadas en la calle sin lugar a donde ir,
sabiendo que no existe un lugar, sabiendo que jamás habrá un lugar;
el aprendizaje de volver a empezar sin nada, con todo;
la impotencia de no tener lo que jamás necesité;
una mentira que es verdad aunque no sea cierta casi nunca;
los errores cometidos acertadamente en el momento preciso,
perfecto y sutil, con la precisión de un cirujano
al que se le mueren siempre los pacientes;
te dejo una salida de emergencia con la puerta cerrada; un niño sin mañana;
las ansias de volar hacia una libertad
que me deje preso en tu corazón, en tu hoy, en tu mañana;
unos ojos bien cerrados que lo ven todo en total oscuridad;
el dolor que no duele;
los cuidados que no supieron cuidarte de los amores
pasados ni de los que serán a partir de mañana;
una tierra por explorar con un guía que no conocerá nada,
pero que aprenderá a guiarte por los caminos que no te quiera llevar;
un silencio que grité tan fuerte que nadie pudo escuchar;
te dejo nieves de veranos que ya no serán;
un cuerpo que sobre el tuyo supo amar sin pedir permiso, ni perdón;
unos besos que quedaron por dar y que, sin embargo,
sabemos que siempre llegaran a algún lugar;
una ventana por la cual nos dejamos de asomar para ver el mar;
te dejo un boleto que servirá cuando llegue el momento de viajar;
las ganas de rendirme cuando voy ganando por goleada;
la complicidad de hacer las cosas mal para que todo salga bien;
una estrella que aun no nació;
un corazón guardado en la pagina cincuenta del ultimo libro que no supe abrir;
una isla que esta en ningún mar, donde está prohibido prohibir.

Y a cambio de todo esto que te dejo,
me llevo tu recuerdo y el ultimo beso,
el que nunca vas poder dejar de dar…

Davo//

2 comentarios:

YU dijo...

Definitivamente es éste el texto que elijo
QUÉ DECIRTE, MÁS QUE GRACIAS

Davo dijo...

Me alegro que te guste y espero leer algo tuyo pronto.
Saludos.

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